Les roban la tranquilidad a vecinos de Monte Bello y Pradera Dorada I en Mazatlán

Mazatlán.- Desde hace cuatro meses, habitantes de la calle Venados, del fraccionamiento Pradera Dorada 1 y su colindante, la Invasión Monte Bello, viven un infierno a causa de un joven que se ha encargado de sembrar el terror y supuestamente cometer robos con total impunidad.

Se llama Miguel y lo conocen con el apodo de  “El Cirigüeya”,y según los vecinos, es un exconvicto que les hace la vida imposible a la gente que vive a orilla del camino viejo a El Armadillo.

La denuncia

Los colonos narraron que este muchacho vive con su madre y su padrastro, quienes continuamente sostiene pleitos conyugales y arremeten contra los vecinos.

Hace cuatro meses invadieron una casa que se ubica en la esquina de la calle Venados y el camino viejo a El Armadillo, luego que fueran desalojados de otra vivienda que está a pocos metros de distancia.

La propiedad de la que se apoderaron de manera ilegal es de una persona que actualmente radica en el estado de Durango, y por su condición de salud le ha sido imposible viajar a Mazatlán para realizar el desalojo.

“Ya hablamos con el dueño de la vivienda y nos dijo que no puede venir a Mazatlán”, lamentó una de las quejosas.

A decir de los denunciantes, en el patio queman cableado, juntan toda clase de basura y artículos presuntamente robados, pues aseguran, es el centro de reunión de sujetos adictos a las drogas.

Según los vecinos, el joven realiza la talacha en otros lugares para ganarse un poco de dinero, pero la basura, e incluso animales muertos, los arroja a orilla de calle, generando fétidos olores y una imagen de suciedad.

En una ocasión, los vecinos gestionaron ante el Ayuntamiento el apoyo para que realizaran la limpieza, pues les era indignante vivir entre tanta maleza y desechos.

¿Y los policías?

De nada les ha servido a los vecinos estar en el Seguridad Chat, pues afirman que continuamente denuncian los abusos de ese sujeto y los policías municipales no acuden a investigar el reporte.

Cuentan que tienen contacto directo con el comandante de ese sector a través de mensajes, pero no les hacen caso.
Ante estas circunstancias, los colonos han optado por reforzar las medidas de seguridad en sus casas para no ser una víctima más del presunto ladrón.

Una de las personas colocó malla ciclónica en el patio, pues ya le sustrajeron una bicicleta, y otra vive encerrada ante la amenaza del sujeto que la quemaría viva dentro de su vivienda.

Los inconformes piden la intervención de la autoridad municipal y ministerial para que ponga un alto a este sujeto y se le investigue por robos y amenazas cometidas en contra de las personas que viven honradamente en ese sector, y que han sido despojadas de sus pertenencias de manera impune.

¿Qué espera la autoridad para intervenir? ¿Quieren que uno se enrede para que hagan caso, o que él cometa algún crimen para después buscarlo?, cuestionaron los padres de familia que viven cada día un infierno a causa de los ladrones y drogadictos.